Lucía Álvarez-Campana, primeras palabras como Hermana Mayor a sus hermanos
Deseo que sean estas mis primeras líneas como Hermana Mayor, para agradecer a todos los hermanos, que en el Cabildo General celebrado el pasado noviembre de 2016 depositásteis vuestra confianza en mí al elegirme como primera Hermana Mayor electa de nuestra querida y antigua Cofradía. Para mí, supone además de un gran honor, una oportunidad de profundizar en la dedicación y servicio a nuestra Hermandad, tanto por mi vinculación personal con ella, como familiar. Al tratarse de una entidad de más de cuatrocientos cincuenta años de antigüedad, asumo este cargo con profundo respeto hacia todo lo pasado e intentaré afrontar con gran esperanza su futuro.
Quisiera aprovechar la oportunidad que se me ofrece, para ponerme a vuestra entera disposición. Hemos conformado una Junta de Gobierno que reúne, a pesar de su dimensión, tanto la experiencia, como la frescura de aquellos que asumen esta responsabilidad por primera vez; madurez y juventud, templanza y empuje, pero sobre todo mucha ILUSIÓN y afán de SERVICIO. Tenemos cuatro años por delante y muchos proyectos que realizar y para ello os necesitamos a todos y cada uno de vosotros. A los que estáis presentes y a todas aquellas personas que un día, bien fuera por motivos personales, laborales o familiares se alejaron de la misma. Necesitamos que aquellos hermanos que vienen trabajando activamente en todos los actos que organiza la Hermandad sigan trabajando con la misma ilusión con la que lo han estado haciendo hasta ahora. Necesitamos un Grupo Joven que tenga una vida activa en la Hermandad y que vayan aprendiendo de los mayores, para que un día no muy lejano cojan las riendas de la misma y necesitamos como no, a los mayores, que con su presencia y consejo, nos dan verdadero ejemplo de la manera de vivir y sentir nuestras vivencias soleanas.
Aprovecho la oportunidad para animaros a pasaros por VUESTRA CASA HERMANDAD, para que juntos podamos compartir buenos momentos de fraternidad como una gran familia que somos, sin olvidar el culto y la oración a nuestros TITULARES, Ellos también esperan vuestra visita en la capilla de la Basílica.
Que Nuestro Señor Jesucristo Yacente, Nuestra Madre y Señora de la Soledad y San Francisco de Paula, os den su bendición y protección en todo momento.
Quedo a vuestra entera disposición.
Vuestra Hermana Mayor