Patronas de Cádiz. Nuestra Señora de la Oliva Coronada, Vejer de la Frontera.

Primer plano de Nuestra Señora de la Oliva.

La Virgen de la Oliva, Patrona de Vejer de la Frontera, es una imagen de la Virgen de bulto redondo, realizada en madera de cedro policromada y estofada. Su hechura data del año de 1596, siendo su propietaria la Hermandad, según consta en las escrituras de su encargo, por el que fuera Hermano Mayor de la misma el clérigo don Lorenzo Patiño Fernández, presbítero de la Villa. Fue realizada por el imaginero sevillano don Martín Alonso de Mesa y Villavicienso.

Se presenta erguida con gesto grave aunque con dulzura en su rostro, porta en su brazo izquierdo al Niño Jesús, mientras sujeta con la mano derecha un ramo de olivo, que representa el emblema de la paz y de la vida. El rostro joven de la Virgen muestra un tipo facial idealizado con facciones  geometrizadas y regulares en ancho óvalo sobre un cuello fuerte y sin excesivos pormenores anatómicos, propio del estilo Renacentista. El pelo de la misma aparece en perfecta simetría, peinado con raya al medio, colgando a un lado y otros dos mechones unidos en característico pico sobre la frente, que enmarcan el rostro de la Señora. Dirige su mirada hacia el pueblo.

Paso de Nuestra Señora de la Oliva Coronada.

Desde tiempo inmemorial todos los días 10 de agosto es traída a hombros, la Santísima Virgen, desde su Santuario a la iglesia parroquial del Divino Salvador, donde tiene su sede canónica, para celebrar las fiestas patronales en su honor, con procesión el día 15 de agosto, Festividad de la Asunción y volviendo a su Santuario el 24 de agosto, dónde recibe culto durante todo el año.

El día 7 de mayo del año de 1885, Su Santidad León XIII, la nombra Patrona de la Ciudad de Vejer de la Frontera y su Comarca, celebrándose todos los 7 de mayo de cada año su patronazgo en el Santuario.

El día 15 de agosto del año de 1996, el obispo de Cádiz y Ceuta, D. Antonio Ceballos Atienza, corona canónicamente a la Virgen de la Oliva.

Patronas de Cádiz: Nuestra Señora de Palomares Coronada, Trebujena.

Nuestra Señora de Palomares Coronada, es una imagen sedente de estilo gótico, del siglo XIII, de pequeñas dimensiones y la patrona de Trebujena. Protege el candelero de la imagen una coraza, que solo deja ver el rostro de la misma. Porta en sus manos la imagen del Niño Jesús del siglo XVIII.

Según reza la historia, el 15 de octubre del año de 1444, cuando en Trebujena, como en el resto de pueblos de la campiña andaluza, se hacían en el campo los trabajos previos a la siembra, Juan Marín, que así es como se llamaba el pastor protagonista de la historia de la Virgen de Palomares, estaba con sus bueyes arando el campo, cuando de repente notó en los bueyes algo extraño. Las bestias parecían nerviosas y distraídas y no atendían a sus órdenes. Hasta el propio labriego sentía algo en su interior, que no era capaz de describir.

De repente, se extrañó al ver que una paloma totalmente blanca, se posó en el cuerno de uno de los bueyes. Agitó los brazos para hacer volar a la paloma, pero ésta parecía resistirse. Juan Marín paró a los bueyes, cuando la paloma echó el vuelo, dio varias vueltas alrededor de él, y se posó sobre la tierra, desapareciendo misteriosamente.

Nuestra Señora de Palomares Coronada, Patrona de Trebujena.

Al acercarse al lugar donde la paloma se había posado y desaparecido, vio que había un agujero. Enseguida comenzó a ahondar, descubriendo una especie de cripta, donde se encontraba una bella imagen de la Virgen María con el Niño Jesús en sus brazos. El labriego quedó como hipnotizado por un rato, corriendo como loco hacia el pueblo en pocos minutos y gritando ¡Milagro!. Muchos, al verlo pasar, pensaron que se había vuelto loco, otros lo siguieron hasta el Ayuntamiento y la iglesia, donde contó lo que había descubierto. Enseguida se orgánizó una procesión con la imagen descubierta hasta la parroquia, celebrándose con tal motivo grandes festejos.

La Santísima Virgen estuvo durante muchos años en la parroquia, llamada entonces de Nuestra Señora de Palomares, hasta una ampliación realizada en la, hasta entonces llamada, ermita de san Sebastián, dónde se trasladó de manera definitiva y dónde en la actualidad recibe culto. El Cabildo Municipal insta al eclesiástico nombrarla Patrona de la Villa en el año de 1726.

Fue coronada canónicamente por el primer obispo de la Diócesis de Asidonia-Jerez, don Rafael Bellido Caro el día 14 de agosto de 2000.

El 13 de junio del año del Señor de 2011, por decreto firmado por el obispo de Asidonia-Jerez, don José Mazuelos Pérez, la antigua ermita es elevada a Santuario Diocesano.

Lleva la Virgen media luna a sus pies y ráfaga de plata del siglo XVIII. Las coronas, de la Virgen y del Niño, fueron realizadas por orfebrería ‘Maestrante’, en el año 2000, con motivo de su Coronación Canónica. Luce bastón de mando y la Medalla de Oro de la Villa, y una cruz pectoral regalada por monseñor don Rafael Bellido Caro.

Desde el año de 1757 procesiona hasta la iglesia parroquial, donde se celebra la Función Principal de Instituto el día 15 por la mañana, y vuelve a su santuario diocesano en la noche del 31 de octubre, previa a la Tradicional Función del Voto, que se celebra el 1 de noviembre, gracias a su intercesión en el terremoto de Lisboa.

La leyenda del Niño de la Virgen de Regla:

Desde hace mucho, se viene oyendo que el Niño Jesús que lleva en sus manos Nuestra Señora de Regla, Patrona de Chipiona, es el mismo que llevó desde siempre la Virgen de Palomares, aunque esto tiene tintes de ser más una leyenda que una realidad.

Esta historia parte de que, alguna abuela, le contaba a sus descendientes que los frailes del Santuario de Regla, solían venir a pedir prestada la imagen del Niño a Trebujena, ya que la Virgen de Regla carecía de Niño Jesus. Cuentan estas ancianas que en una de estas ocasiones, los frailes, no devolvieron al Niño, aunque no existe ninguna foto ni testimonio escrito que avale esta teoría.

Una de las razones esgrimidas, amén de la similitud entre ambas Imágenes y de la cercanía geográfica entre Chipiona y Trebujena, podría ser que Nuestra Señora de Regla es de tez oscura y el Niño es blanco. En esa época igual se desconocía que la Virgen de Regla fue mutilada, que el niño original no existía y que el actual es del periodo barroco

Patronas de Cádiz: Nuestra Señora de las Nieves, Arcos de la Frontera.

Nuestra Señora de las Nieves, es una talla de vestir, de las llamadas de candelero (solo tiene las manos y la cabeza talladas).

Se venera en el altar mayor de la Basílica Menor de Santa María de la Asunción. Su festividad se celebra el día 5 de Agosto, con una procesión por las angostas calles del casco histórico arcense.

El nombre de esta imagen viene dado por el día en que, según cuenta la historia, fue encontrada, el día 5 de agosto, por unos pastores y a partir de ahí se fundó la Hermandad, por el gremio de los pastores.

Nuestra Señora de las Nieves.

En el año de 1757, Fray Ramón del Rosario, Lector y Comendador del Convento de los Mercedarios Descalzos, escribía lo siguiente: “El origen de la milagrosa imagen de Nuestra Señora de las Nieves se ignora, y sólo se conserva en esta ciudad por tradición antiquísima, que la dicha imagen fue hallada o aparecida en la restitución de esta ciudad a los cristianos por las invictas armas del Rey Don Alonso el Sabio, en un pocito como de cuatro varas de profundidad, en donde está una como capilla que tiene poco más de dos varas de alto y una y media de largo y cinco cuartas de latitud, sobre cuyo pozo se fundó la iglesia que aún se conserva y persevera en la misma forma, creyéndose que en la retirada de los cristianos éstos la ocultaron en dicho sitio, en donde la Divina Providencia la mantuvo por muchos años hasta que fue hallada, no sabemos si por revelación divina, o por misteriosa casualidad, ni en qué tiempo, aunque no pudo ser mucho despues que se restituyera esta ciudad a los cristianos, por no haber memoria fija, ni de su aparición ni de su hallazgo, lo que concluye su mucha antigüedad, como lo es la constante tradición de ésta. Verifícase fue en dicho sitio hallada o aparecida la dicha Señora, por los muchos milagros que ha obrado Dios con las aguas de dicho pocito, de las que han usado y usan los enfermos, consiguiendo su entera sanidad muchísimos».

El 24 de febrero del año de 1737, el Cabildo Municipal arcense, acordaba nombrar a la imagen de Nuestra Señora de las Nieves, Copatrona de la ciudad, juntamente con la Virgen del Rosario que lo venía siendo por antigua tradición.

Viste la Santísima Virgen el atuendo mercedario, con escapulario, correa y el escudo de la orden en el pecho y manto blanco, que nunca se le ha quitado desde que se lo pusieron los religiosos de la orden. Su cara se enmarca con un rostrillo de encaje blanco con pedrerías y cristales. Luce ráfaga de plata sobredorada y es tocada con una corona de idéntico material, portando un cetro en la mano derecha. Al contrario que otras patronas, Nuestra Señora de la Nieves, no porta en sus manos al Niño Jesús. A sus pies lleva una media luna con estrellas de sus puntas.

«Baculazo»

Brillante, original y con un toque rancio y añejo, ese que tanto gusta a algunos cofrades, fue la salida extraordinaria que el pasado 6 de julio realizara la Hermandad jerezana del Prendimiento, por el 125 aniversario del Restablecimiento de los Estatutos de la misma.

Pero todo lo festivo se vino abajo cuando, jornadas después, la Hermandad del Miércoles Santo anunció que destituía a su capataz, Juan Montero Suárez por desobedecer la órdenes dadas por la dirección de la Cofradía. Éstas se referían al momento de los saludos a otras Hermandades y le prohibía, expresamente a los capataces, subir los paso a las aceras. Reunida en Cabildo de Oficiales la Junta de Gobierno, decide destituir al capaz del paso de misterio, debido a sus reiteradas desobediencias, ya que desoyó ésta orden, y subió el paso del Señor hasta la misma puerta de la iglesia de la Victoria. Hasta aquí todo normal.

Lo extraño vino cuando Ángel Ramos, Delegado de capataces y costaleros de la Junta de Gobierno, denuncia ante la Delegación Docesana esa destitución, argumentando un defecto de forma, ya que no se encontraba este punto en el orden del día. El Secretario General Canciller, don Diego Valle Serrano, resolvió entonces invalidar la decisión del Cabildo de Oficiales y revocar su decisión.

No quedaría ahí la cosa cuando el obispo, reunido con el ya cesado exHermano Mayor, le da dos alternativas: Mantener al capataz hasta el año 2020, y tomar la decisión de su cese después de la próxima Semana Santa o convocar inmediatamente Cabildo General Extraordinario de Elecciones. Al no haberse dado respuesta desde la Hermandad a ninguna de las dos opciones, el obispo dicta en un decreto la destitución de toda la Junta de Gobierno, incluido el denunciante, y nombra al párroco de Santiago como Comisario de la Hermandad.

Llegado a este punto, debo reconocer que me cuesta un poco ser imparcial, debido a que he estado en Junta de Gobierno, y se el problema que supone algún cargo, capataz en este caso, que va por libre y no acatar órdenes de nadie, y me hago varias cuestiones: ¿Era necesario llegar a este punto? ¿Se puede destituir a una Junta de Gobierno, por un defecto de formas en el orden del día? Si se le avisó al capataz, ¿Está justificado su cese? ¿Debe obispado mantenerse al margen, al ser una cuestión netamente interna? ¿Puede y debe el obispado obligar a una Junta de Gobierno a tener como «cargo de confianza» a alguien en quien la ha perdido? ¿Era adecuado que obispado «obligara» a una convocatoria electoral si no tocaba? En este decreto dice que quiere que el Comisario «convoque elecciones prontamente» ¿Para qué quitar una Junta de Gobierno, elegida por sus Hermanos, y convocar elecciones prontamente? ¿Se quería quitar obispado de encima a esta Junta y la salida era su destitución? Según dicen algunos ha pesado, en esta destitución colectiva, que el capataz sea familiar del Delegado Diocesano de HH y CC, yo no entro ahí.

Es evidente a mi entender que, la destitución de una Junta de Gobierno, debiera darse por cosas más graves que el simple cese de un capataz, esté en el orden del día o no, máxime cuando fue advertido de no hacer lo que hizo. Creo que la destitución debe ser la última decisión a tomar por la Autoridad Eclesiástica, debido a su gravedad. También es evidente, a mi entender, que desde obispado no se ha respetado la decisión ni la autonomía de la Junta, esté el asunto en el orden del día o no, y que la petición de mediación de varios exHermanos Mayores ante el obispado, parece haber traído más contras que pros.

En el escrito se contempla que las decisiones de la Junta son soberanas, siempre y cuando se hagan en tiempo y forma correcta. Y yo me pregunto ¿No habría sido más correcto, por parte de obispado, pedir o en su caso «obligar» a la Junta de Gobierno a convocar un nuevo Cabildo de Oficiales, incluir en la orden del día el punto a debatir y llevarlo a su ejecución, en vez de la decisión tomada? Por otro lado, habría que hacer la misma pregunta a los miembros de la destituida Junta de Gobierno.

Esta claro que se ha tomado la decisión más sangrante para una Hermandad: Desautorizar a sus Hermanos, sobre lo votado en Cabildo de Elecciones y a su Junta de Gobierno. Comparto la reflexión del, ya, exHermano Mayor en las que expresa su malestar, sintiéndose “profundamente defraudado con la Iglesia” ya que «… Una decisión tomada por la Junta, es una de las competencias que le corresponde». También es verdad que tanto la Autoridad Eclesiástica, como las Juntas de Gobierno de todas las Hermandades, como los Hermanos de las mismas, debemos tener el principio del amor al prójimo y el perdón de las faltas, por todas las partes.

Si con este decreto, obispado, pensaba zanjar toda esta polémica, nada más lejos de la realidad. Un grupo de Cofrades, está recogiendo firmas, en la plataforma Change.org, para pedir el cese del Delegado Diocesano de Hermandades y Cofradías, don Joaquín Perea, así como un cambio de Obispo y de toda la cúpula del obispado, argumentando las malas artes de todos estos, así como denuncian los constantes incumplimientos, arbitrariamente, de los propios Decretos del obispado, del tiempo que lleva el Delegado Diocesano en el cargo y dando un toque de atención sobre el capataz destituido y sus relaciones familiares y con cierto partido político.

¿Sería interesante, igual que dice el «libro verde» para los cargos en las distintas Juntas de Gobierno, que los cargos en el obispado y todas sus delegaciones, también tuvieran un tiempo y, pasado este, cesaran de sus cargos?

Por último, en este mundo es muy utilizable eso de que «quién se mueve, no sale en la foto», pero ¿es la solución para quien está dentro de una Hermandad o Junta de Gobierno, y no quiera perder el carguito, hacer suyo aquello de «con la iglesia hemos topado»? Pienso que no, al contrario, debemos ser los más críticos con nosotros mismos y hacer cumplir y respetar el principio de igualdad entre Hermandades, sean de dónde sean, y las decisiones de las distintas Juntas de Gobierno, salvo meteduras de patas garrafales, o salidas de tono que nada tenga que ver con el principio de la palabra HERMANDAD.

Esperemos que este «baculazo» o «decretado», como se conoce a estas decisiones en el argot cofrade, dejen de ser noticia no por su normalización, sino por su extinta práctica, mientras tanto desear la mejor de las suertes a la Hermandad de Santiago.

Estilo de carga a cincho de Sanlúcar de Barrameda

Se denomina «cincho» a una correa de cuero, compuesta por una hebilla metálica y una lengüeta, de un metro y medio aproximadamente, y que se utilizaba para cargar, sobre un hombro, algunos pasos tanto de penitencia como de gloria, en Sanlúcar de Barrameda.

Los pasos que eran llevados con este sistema, no tenían trabajaderas, sino que estaban divididos en calles, normalmente unas cuatro, por unas traviesas longitudinales inferiores y unas zambranas, donde se colocaban dos «cinchos», a la medida de cada uno de los cargadores o portadores, quien se lo ataba al cuerpo y se enganchan por el interior de los pasos procesionales, para que los cargadores lo pusieran sobre sus hombros.

Este estilo particular y autóctono de carga en la provincia de Cádiz, tiene su origen, como en otras localidades andaluzas, con estilos de carga relacionados con los diferentes trabajos de la época.

En este caso, su origen lo tiene en Sanlúcar de Barrameda, donde los que portaban los pasos, anteriores a los Hermanos Costaleros, eran obreros agrícolas, en especial, jornaleros de viñas, arrumbadores de bodegas, atrepadires (descargadores) y arrieros, quienes transportaban mercancías con animales y carros. Estos últimos, aprovechando las herramientas propias de sus trabajos, utilizaban el «cincho», con el que sujetaban la montura de la cabalgadura de las bestias, para llevar los pasos en los que eran contratados y cobraban por ello.

Debido a esta contratación, por parte de las Hermandades, era muy habitual ver mulos y caballos amarrados en los alrededores de las diferentes iglesias y capillas, desde las que alguna Hermandades salían a procesionar por las calles de Sanlúcar.

En la actualidad esta técnica de carga es un método en desuso. Solo el Cristo de la Humildad y Paciencia, de la Hermandad de La Cañita, y los dos pasos de la Hermandad de la Vera Cruz lo utilizan o al menos lo utilizaban hasta hace más bien poco. El resto de Cofradías sanluqueñas usan como método de carga el costal.

Patronas de Cádiz: Nuestra Señora del Carmen Coronada, San Fernando.

Nuestra Señora del Carmen Coronada de la ciudad de San Fernando, es la Titular de la Venerable y Real Hermandad de Nuestra Señora del Carmen Coronada. Es esta una talla de madera policromada, que representa a la Santísima Virgen María, en su advocación del Monte Carmelo y se venera en la iglesia conventual de Nuestra Señora del Carmen.

Es una imagen de candelero, es decir solo posee las manos y el busto tallado, de autor anónimo, realizada en madera y con una melena de pelo natural. Su origen probablemente sea guatemalteco o genovés. Lleva en su brazo derecho la imagen de un niño Jesús y en su mano izquierda el escapulario carmelita y el cetro. Esta magen es obra anónima donada a la Hermandad por su primer Hermano Mayor, don Luis de Ardila en el año de 1708.

A lo largo de la historia, han sido muchas las ocasiones en las que los ciudadanos de San Fernando, han pedido la intercesión de su Patrona, bien con motivo del azote de epidemias o de catástrofes naturales.

Siendo Prioste de la Hermandad don Juan Aguilera Lozano, Coronel de Artilleria, se eleva propuesta a la Reina Regente, Doña María Cristina de Habsburgo, para el nombramiento como Patrona de la Armada de la, particularmente de esta imagen de la Virgen del Carmen. Esta petición es aprobada por el Ministro de Marina, don Cristóbal Colón de la Cerda, duque de Veragua, por Real Decreto con fecha de 19 de abril del año de 1901.

El 19 de diciembre del año de 1907, se distingue a la Corporación con el Título de Real, tras la aceptación de Su Majestad, Alfonso XIII, del nombramiento de Prioste y Protector de la Hermandad.

El día 14 de junio del año de 1920, tras petición elevada por el Excelentísimo Ayuntamiento, presidido por D. Salvador García Suffo, fue nombrada Patrona de la Ciudad de San Fernando. La celebración de este patronazgo se verificó los días 16 y 17 de julio del año de 1921.

La Virgen del Carmen en su paso.

La iniciativa para coronar canónicamente a la Imagen, surge en marzo de 1950, tras la propuesta del prior de la comunidad Fray Vicente de San José a la propia Hermandad. Esta acoge está propuesta con entusiasmo, y constituye una comisión para que se encargue de darle forma a tan magno proyecto en el que involucrarían al clero, a la Marina y a la Corporación Municipal.

Un mes después de constituirse está comisión, se elevan las preces suplicatorias a la Santa Sede, con el informe favorable del prelado de la Diócesis de Cádiz, don Tomás Díez Gutierrez.

El 7 de junio del año de 1950, Su Santidad Pío XII, firma el edicto papal por el que se le concede la coronación canónica. El 21 de agosto de ese mismo año se forma en la Capitanía General la Junta Magna Pro-Coronación, que sería la encargada de preparar los actos.

Esta Junta Magna organizó un amplio programa de actos anteriores a la ceremonia de coronación. Los padrinos de la coronación fueron el Almirante don Salvador Moreno Fernández, Ministro de Marina, y el alcalde don Francisco García Ráez.

Amaneció el 12 de octubre del año de 1951 y, en el atrio del ayuntamiento, tuvo lugar la misa pontifical, oficiada por el prelado de la Diócesis Monseñor Díez Gutierrez. Al finalizar la misa, se puso sobre la cabeza de la Virgen del Carmen la corona, organizándose despues la procesión de regreso a su templo.

El 27 de octubre del año de 1954, el pleno del ayuntamiento, aprueba conceder el título de Alcaldesa Perpetua Honoraria de la ciudad de San Fernando, siendo alcalde don Francisco García Ráez.

Nuestra Señora del Carmen Coronada, Patrona de San Fernando, Cádiz.

La Virgen, por Decreto publicado en el Boletín Oficial del Ministerio de Marina del 10 de agosto de 1955, recibe los Honores de Capitán General, por lo que luce el fajín correspondiente a este cargo en su cintura.

Ambas distinciones, la de Alcaldesa Perpetua y la de Capitán General, fueron impuestas a la imagen el 12 de octubre del año de 1955 en el atrio del ayuntamiento, por el alcalde de la ciudad don Francisco García Ráez y el Capitán General del Departamento marítimo don Ramón de Ozámiz y Lastra.

La fecha del 12 de octubre quedó marcada a fuego en la historia de la Hermandad del Carmen, hasta tal punto que, a partir de la Coronación Canónica, se traslada a ese día la procesión Carmelita por las calles de la ciudad. No obstante en el año de 2015, vuelve a salir el 16 de julio, por petición de los Hermanos y de la ciudad de San Fernando, teniendo el besamanos por la mañana y la procesión de alabanzas a la tarde.

A vueltas con el Sábado Santo

«El obispo Mazuelos otorga el privilegio al Santo Entierro de no ir a la Catedral». Así titulaba, hace unos días, un periódico de Jerez de la Frontera esta noticia de calado en el mundo Cofrade, y digo de calado por dos razones: La primera por que con este decreto se rompe la Carrera Oficial en la jornada del Viernes Santo, en su último tramo, y la segunda por que hace que muchos, vuelvan a hablar del tan comentado Sábado Santo en Jerez.

El obispo Mazuelos con el Papa Francisco en 2018.

El «privilegio», y lo entrecomillo por que para mí más que un privilegio, es hacer bajar un escalón a la Hermandad del Santo Entierro jerezano, aprueba que la Cofradía haga Estación de Penitencia en la plaza de la Asunción, sin llegar a la Santa Iglesia Catedral, en la Semana Santa de 2020. Esta excepción se otorga con el fin de que la Cofradía pueda recortar su itinerario y horario y así poder recogerse a una hora más temprana. En dicho decreto se argumenta que este «privilegio» se establece al estar el Cabildo Catedral y el ordinario del lugar en la plaza de la Asunción, acompañando a la procesión.

Verdad es que esta noticia ha sido bien recibida en la Corporación, ya que le permitirá poder recortar el horario y así evitar hacer su entrada ya en la madrugada del Sábado Santo. El resto de Hermandades de la jornada, se verían perjudicadas, ya que tendrán que retocar sus horarios, por no decir del desagravio para los usuarios de los palcos en la zona de José Luis Díez, que no podrán ver pasar a la última Cofradía de la jornada.

Varias son las vueltas que se le ha dado al tema, y también son muchas las opiniones vertidas sobre esta jornada, ya que muchas personas, amén de la propia Hermandad, no veían con buenos ojos las altas horas de la madrugada a las que deambulaba por las calles jerezanas.

Paso del Santo Entierro de Jerez de la Frontera.

Llegados a este punto, se ha procedido a poner un parche, otro más, en una jornada que, más tarde o más temprano, tendrá que ser profundamente remodelada, bien por la incorporación de nuevas Hermandades, bien por la inercia de los propios tiempos. Es por ello que tendrá que ponerse sobre la mesa alguna vez la, tan temida por algunos y esperada para otros, jornada del Sábado Santo.

Son muchas las ciudades, de otras Diócesis, que tienen procesiones en esta jornada, ¿Por qué en Asidonia-Jerez no? Algunos dicen que por que no se puede, otros que no tiene sentido que una parte de los cristianos estén celebrando aún la muerte de Cristo, mientras otros celebran ya la Pascua de Resurrección, otros que por que el señor Obispo, sencillamente, no quiere.

En el año de 1956 el, por entonces, cardenal Bueno Monreal firmaba un decreto que permitía procesiones el Sábado Santo. De echo la propia Hermandad de la Piedad jerezana, organizó un Santo Entierro Magno, con la incorporación de varias Cofradías más. Cuatro años después de crearse la diócesis de Asidonia-Jerez, en el año de 1984, don Rafael Bellido Caro, por entonces Obispo de la Diócesis, firmó un decreto por el que se prohibían las procesiones en esa jornada, y las dos Hermandades que procesionan ese día (Santa Marta y Santo Entierro) tuvieron que irse a otros días de la Semana Santa. Fue entonces cuando la Hermandad del Santo Entierro pasó a ocupar la última posición del Viernes Santo.

Desde hace bastante, muchos cofrades se preguntan ¿por qué si en otras localidades de la provincia, y de fuera de ella, hay jornada de Sábado Santo, en la Diócesis de Jerez no?

En su momento don José Mazuelos dijo que podrían salir procesiones, el Sábado Santo, por la mañana o al menos que la última Cofradía estuviera fuera de la Catedral, con la suficiente antelación para que se pueda preparar la Vigilia Pascual con tiempo. También ha comentado el Obispo que las Hermandades deben ir a la Catedral siempre, sí o sí. Por eso, es de difícil comprensión este decreto que acabamos de conocer.

Hay dos Hermandades en Jerez, Santo Entierro y Mortaja, que varias veces han manifestado su deseo de poder procesionar en un futurible Sábado Santo. Llegados a este punto, ¿podría plantearse desde el Obispado realizar un decreto, aunque solo sea para ciudad de Jerez que es la que tiene el problema, para que el Sábado Santo se pueda procesionar? Si fuese así, ¿Podría recoger este decreto que las Hermandades deben estar recogidas en sus templos antes de las diez de la noche, para así celebrar la Pascua de Resurrección? ¿Obligará a cambiar los Estatutos de la Hermandad de la Piedad, si en ellos recoge el itinerario y dice que debe hacer estación penitencial en la Santa Iglesia Catedral para que, en su caso la Estación de Penitencia quede registrada en la plaza de la Asunción? O por el contrario, ¿el decreto exime de cumplir este último punto? Por último, si el Cabildo Catedral y el ordinario del lugar está en la plaza de la Asunción otro día, ¿Tiene sentido que las Hermandades lleguen hasta la Catedral?

Verdad es que este futurible decreto, el de que haya Sábado Santo solo en la ciudad de Jerez, podría verse, desde otras localidades de la Diócesis, como discriminatorio hacia estas, aunque en otros lugares de la Diócesis, no se da esta problemática.

Con la jornada del Sábado Santo, se solucionaría el «problema» que se crea en el último tramo de la Carrera Oficial, con la puesta en marcha de este decreto, en la que sus usuarios se verán afectados por no poder ver pasar la Cofradía de la Piedad, «gracias» al decreto obispal.

Cierto es que la Semana Santa de Jerez, declarada Bien de Interés Turístico Nacional el 25 de febrero de 1993, no se merece terminar una jornada como la del Viernes Santo, de esa manera. Y a partir de aquí opinen. Habrá gustos para todos y todas, pero creo que es un tema para poner, una vez más, encima de la mesa.

José Ovando Merino y el crucificado de la Misericordia.

El escultor y tallista José Ovando Merino nació en la ciudad de El Puerto de Santa María el 9 de enero del año de 1912 y, como otros tanto jóvenes de la ciudad, estudió en la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia.

Debe cumplir el servicio militar en Sevilla, lo cual hace que allí conozca a Antonio Castillo Lastrucci en cuyo taller, de la calle de San Vicente, comienza a trabajar en una época complicada, pues acababa de terminar la Guerra Civil española.

En el taller de Lastrucci, se trabajaba a gran ritmo, lo que hizo que Ovando adquiriese bastante experiencia, que le serviría para trasladarse al barrio de la Barzola, cercano a la Macarena, y abrir allí su propio taller. Es en este taller donde realizaría sus dos obras más destacadas para El Puerto de Santa María: El Santísimo Cristo de la Misericordia y el altar mayor de la parroquia de san Joaquín.

Imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia, El Puerto de Santa María

En dicho taller estuvo unos diez años, hasta que el trabajo comenzó a faltar, y se trasladó a la capital gaditana, en principio a un taller cerca del cementerio y posteriormente a un taller en la calle de Rosario Cepeda, hasta que en el año de 1997, ya octogenario, dejó de trabajar.

La obra de Ovando fue muy extensa, durante sus más de sesenta años de actividad, entre las que cabe destacar, en Jerez de la Frontera en el año de 1947, el paso de misterio de la Hermandad de la Flagelación, inspirado en el paso del Desprecio de Herodes, de la sevillana Hermandad de la Amargura, el paso de misterio de la Hermandad de la Borriquita, el paso del Santísimo Cristo de la Vía Crucis, realizado en el año de 1952, el paso de las Tres Caídas, obra del año de 1954 .

En el año de 1981, realizó la imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, de Conil de la Frontera.

De su gubia también salieron la antigua imagen del Santísimo Cristo de la Sed y la antigua imagen de María Santísima de la Piedad, ambas del año de 1986, para Cádiz.

Paso del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, El Puerto de Santa María.

Para El Puerto de Santa María, el escultor portuense realizó el paso del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, el anteriormente citado retablo de san Joaquín, que fue realizado en pino gallego barnizado en caoba y mandado, regularmente, a nuestra ciudad por piezas, y sufragado en parte por la Hermandad de la Vera+Cruz, gracias a la venta de su anterior sede canónica de la capilla de la Sangre, y por aportaciones anónimas.

Dicho altar fue bendecido el 19 de marzo del año de 1947, festividad de san José, por el recordado párroco, y posteriormente Arcipreste, don Manuel Salido Gutiérrez.

Como obra principal y más conocida en el ámbito de la imaginería, en El Puerto, destaca el Santísimo Cristo de la Misericordia, de la Hermandad de los Cerillitos.

El Santísimo Cristo de la Misericordia, es una imagen de Cristo muerto crucificado, sujetado a la cruz por tres clavos, y con la herida de la lanzada en su costado. Fue realizado con dos cipreses del cementerio de san Fernando de Sevilla, y comprado en el año de 1951 por un Hermano de la Cofradía del Martes Santo, por 10.000 pesetas de la época.

Esta imagen fue sustituta de una anterior, que hacía las veces de titular de la Hermandad y que fue reclamada por sus propietarios.

También realizó la primitiva imagen de Jesús Resucitado, su última talla para El Puerto, en el año de 1988. Esta imagen fue creada para el Consejo Local de Hermandades y Cofradías de El Puerto de Santa María y el primer titular de la Asociación Parroquial del Resucitado.

Antigua imagen de Jesús Resucitado, actualmente se encuentra en El Cuervo, Sevilla.

Dicha imagen radica actualmente en la parroquia de san José de El Cuervo, en Sevilla, desde que en mayo de 1998, la Hermandad del Resucitado de El Puerto se deshiciera de ella, para bendecir la nueva talla de Jaime Babío Núñez. 

José Ovando Merino se casó con doña Ana Clo Barreda, y tuvieron seis hijos.

Quizás haya llegado el momento de reconocer, en nuestra ciudad, la vida y obra de este portuense, que nos regaló una de las imágenes más impresionantes para nuestra Semana Santa, rotulando alguna de nuestras calles con el nombre de tan genial artista.

José Ovando Merino falleció en Cádiz, el 18 de marzo del año 2001, a la edad de 89 años.

Sebastián Santos y su dolorosa portuense

Desde bien pequeño, se sintió atraído por el arte del modelado. Realizó sus primeros estudios en la escuela de su localidad, dónde aprovecharía todas las oportunidades que se le presentó. En las calles de su pueblo descubre el barro, que aprovecharía para hacer sus primeras figuritas, que modela con sólo ocho años, sin la aprobación ni el agrado de sus padres. En esta época, sus fuentes de inspiración serán la naturaleza, los animales y la iconografía de su parroquia, especialmente la Inmaculada Concepción y san José.

Sebastián Santos Rojas

Sebastián Santos Rojas, nace en Higuera de la Sierra, Huelva, el 4 de noviembre del año de 1895. Fue el pequeño de doce hermanos. Los primeros años de su vida transcurren felices, dentro de la normalidad, a pesar de las dificultades económicas que vive su familia.

El matrimonio Girón Ordóñez, se interesan por Santos y su afición artística y le pagan su traslado a Sevilla y la propia estancia en el internado de los Salesianos de la capital, durante el curso 1907-1908. A los trece años de edad ayuda a su padre, en tareas de albañilería y en el cuidado de cabras en una modesta finca familiar. La ocupación de pastor le permite disponer de tiempo, que lo dedica a seguir modelando y tomando como modelo los animales que cuida.

En 1918 se encuentra en Sevilla, llamado al servicio militar, tras el cual decide no volver a su pueblo y buscarse la vida en la ciudad, siendo este un período difícil para él, viéndose obligado a trabajar de portero, de ayudante en los talleres de cerámica Montalván y posteriormente en los de Pedro Navia, para costearse su formación artística, acudiendo a clases en la Escuela de Artes y Oficios al finalizar su jornada llaboral. Aquí tuvo como profesores al pintor Gonzalo Bilbao y al escultor Francisco Marco Díaz-Pintado. Colabora también en el estudio del escultor Manuel Delgado Brackenbury.

Sus comienzos en el mundo de la imaginería los inicia ya un poco mayor. En el año de 1929 monta su propio estudio y vivienda en una casa de la calle Castellar de Sevilla, donde comienza a recibir numerosos encargos.

Contrajo matrimonio con Francisca Calero, en el año de 1933, de cuya unión nacerían cuatro hijos. Se instaló en la calle Santiago, donde realizará la mayor parte de su amplia obra. La gran demanda de trabajo, hace que se rodee de todo un equipo de trabajadores. Su trabajo estará centrado principalmente alrededor de la escultura religiosa, primordialmente del tema mariano, entre las que se encuentran, entre otras:

Para Sevilla, la Virgen de la Concepción, de la Hermandad del Silencio, la Virgen de los Dolores Coronada, de la Hermandad del Cerro, la Virgen del Refugio de la Hermandad de san Bernardo y la Virgen de las Penas, de la Hermandad de Santa Marta.

Cuatro de las dolorosas de Sebastián Santos: Virgen del Refugio, Virgen del Cerro Coronada, de Sevilla, Virgen de la Estrella de Jerez de la Frontera y Virgen de las Penas de Sevilla.

Para Cádiz y su provincia la Virgen de la Soledad, de la Hermandad de la Vera+Cruz, la Virgen de la Estrella, de la Hermandad de Cristo Rey de Jerez de la Frontera, así como María Santísima de Consolación y Lágrimas, de la Hermandad de Vera+Cruz de El Puerto de Santa María.

María Santísima de Consolación y Lágrimas, es una imagen de dolorosa, de candelero para vestir, es decir, solo posee el busto con la cabeza y las manos talladas. Es de estilo neobarroco y mide aproximadamente 168 centímetros. Sebastián Santos la realizó en el año de 1968. La Virgen aparece con una expresión de dolor en su rostro, típico por otra parte del autor y con la mirada y la cabeza al frente. Sus manos, abiertas, están llenas de expresividad.

Primer plano de María Santísima de Consolación y Lágrimas de El Puerto de Santa María

Otras obras de Sebastián Santos son El Cristo de la Sagrada Cena (1955) de la Hermandad sevillana del mismo título. El Cirineo que durante muchos años acompañó al Cristo de Pasión de Sevilla. La imagen de Santa Marta de la Hermandad de Santa Marta, de Sevilla y El Cristo del Perdón, realizado en Sevilla en el año de 1944, considerado su obra culmen. Esta obra está inspirada en la imagen del Cristo de la Clemencia, de la Catedral Hispalense.

Como algunos de sus compañeros de profesión, fue autor de algunos monumentos para Sevilla como el busto del monumento a Juan XXIII, ubicado en la calle Verbena de la Paloma, la estatua de Carmen la Cigarrera del paseo de Colón y la estatua de medio cuerpo del escultor Manuel de Cervantes, en la calle Entrecárceles.

Fue profesor y miembro fundador de la Escuela de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla.

Sebastián Santos Rojas, fallece el 16 de julio del año de 1977 en la ciudad de Sevilla.

Las Hermandades portuenses en el Real de la Feria

La Feria de Primavera y Fiestas del Vino Fino de El Puerto de Santa María, se celebra siempre en la primavera, de ahí su nombre, después de la Semana Santa y entre los meses de abril y mayo.

Tiene una duración de cinco días, de jueves a lunes, aunque desde la noche del miércoles ya se disfruta de la misma, con la prueba del alumbrado y la tradicional velada.

Sus inicios los encontramos en el comercio del ganado tradicional, dónde los ganaderos de las localidades cercanas, acudían para hacer negocio. Esta feria del ganado se celebraba en la mañana y a las afueras de la ciudad, en tanto en cuanto por la noche, se celebraba una velada en el parque de la Victoria de la ciudad, conocida como la Feria de la Victoria.

Con el paso del tiempo, la primitiva feria del ganado fue desapareciendo y derivando a lo que conocemos actualmente, con las casetas, sevillanas y los cacharritos para los más pequeños.

La Feria ha ido cambiando, por diferentes motivos, su lugar de celebracion. Así en el año de 1966 la Feria del ganado se celebraba en lo que es hoy el Polígono Industrial El Palmar y la Feria de la Victoria en el parque del mismo nombre. En los años 70 se trasladó a la zona de Crevillet, dónde estuvo una década, para ya, en los años 80, pasar a su actual situación en el Recinto Ferial de Las Banderas.

Es tradicional dedicarle la celebración de la misma a una ciudad o comunidad autónoma, con la que El Puerto de Santa María tiene alguna relación, así como darle el honor a la persona más longeva de esa ciudad o comunidad autónoma que vive en El Puerto, de encender el alumbrado. Es también costumbre darle el nombre de alguna calle del recinto a la ciudad homenajeada y que la misma monte una caseta en el Real donde ofrezca sus productos.

Verdad es que la Feria «empieza» extraoficialmente con el tradicional Pregón en la caseta de «Helo Libo» de la Hermandad de la Oración en el Huerto, que da el pistoletazo de salida el lunes antes del alumbrado.

La actual Feria de Primavera cuenta con unas 70 casetas, que son montadas por diferentes peñas, asociaciones, equipos deportivos y Hermandades. Las Hermanades de la ciudad, como el resto de colectivos, se afanan en tener sus casetas listas para que los portuenses disfruten de sus platos y su música en un ambiente lúdico y festivo.

Las Hermandades que montan caseta en el Real de las Banderas son:

  • Hermandad de la Borriquita: El nombre de la caseta es «La Borriquita», estando situada en la avenida de las Banderas, en la misma acera que Humildad y Paciencia, siendo montada desde finales de los años 90.
  • Hermandad de la Flagelacion: la caseta denominada «La Amargura» se instala, aproximadamente desde el año 1965 y está situada en la avenida de las Banderas.
  • Hermandad de los Afligidos: La Hermandad del Lunes Santo monta su caseta desde 1970, estando situada en la avenida de El Puerto y se denomina «Los Afligidos».
  • Hermandad de la Misericordia: La caseta se denomina «Los Cerillitos» y se monta desde el año de 1980. Está situada en la avenida de El Puerto, junto a la fuente.
  • Hermandad del Olivo: La caseta «Helo-Libo» es la más antigua del recinto ferial. Fue fundada en el año de 1960 y esta ubicada en la avenida de El Puerto, frente a la caseta municipal.
  • Hermandad de la Humildad y Paciencia: Situada a la izquierda de la Portada, en la avenida de las Banderas, y denominada «La Humildad» «Barrabás y Martillo», se monta desde el año de 1995.
  • Hermandad del Nazareno: Esta caseta, llamada «La Madrugá», está ubicada en la avenida de las Banderas y se monta en el recinto ferial desde el año de 1993.
  • Hermandad de la Vera+Cruz: La Hermandad más antigua de la ciudad, monta su caseta junto a la caseta municipal, en la avenida de El Puerto, aunque desconocen la fecha en la que se instaló por vez primera. Su nombre es «La VeraCruz».
  • Hermandad de la Soledad:- La fecha exacta de la primera caseta de esta Hermandad no se conoce, aunque ronda el año de 1997. En estos primero años la montaba, conjuntamente, con la Peña «yo que se», hasta que a los pocos años, fue montada exclusivamente por la Hermandad. En la actualidad esta situada en la avenida de las Banderas número 4 y se llama «La Soledad».
  • Hermandad del Resucitado: La Hermandad más joven de la ciudad monta su caseta, llamada «La Misma Gloria», desde el año de 1998 y está situada en la avenida de El Puerto, casi frente por frente de la Caseta Municipal.
  • Hermandad del Rocío: La Hermandad rociera monta su caseta aproximadamente desde el año de 1965, aunque de manera intermitente, ya que estuvo varios años sin instalarla. Se denomina «Hermandad del Rocío» y está situada en la avenida de El Puerto.