José Ovando Merino y el crucificado de la Misericordia.

El escultor y tallista José Ovando Merino nació en la ciudad de El Puerto de Santa María el 9 de enero del año de 1912 y, como otros tanto jóvenes de la ciudad, estudió en la Academia de Bellas Artes Santa Cecilia.

Debe cumplir el servicio militar en Sevilla, lo cual hace que allí conozca a Antonio Castillo Lastrucci en cuyo taller, de la calle de San Vicente, comienza a trabajar en una época complicada, pues acababa de terminar la Guerra Civil española.

En el taller de Lastrucci, se trabajaba a gran ritmo, lo que hizo que Ovando adquiriese bastante experiencia, que le serviría para trasladarse al barrio de la Barzola, cercano a la Macarena, y abrir allí su propio taller. Es en este taller donde realizaría sus dos obras más destacadas para El Puerto de Santa María: El Santísimo Cristo de la Misericordia y el altar mayor de la parroquia de san Joaquín.

Imagen del Santísimo Cristo de la Misericordia, El Puerto de Santa María

En dicho taller estuvo unos diez años, hasta que el trabajo comenzó a faltar, y se trasladó a la capital gaditana, en principio a un taller cerca del cementerio y posteriormente a un taller en la calle de Rosario Cepeda, hasta que en el año de 1997, ya octogenario, dejó de trabajar.

La obra de Ovando fue muy extensa, durante sus más de sesenta años de actividad, entre las que cabe destacar, en Jerez de la Frontera en el año de 1947, el paso de misterio de la Hermandad de la Flagelación, inspirado en el paso del Desprecio de Herodes, de la sevillana Hermandad de la Amargura, el paso de misterio de la Hermandad de la Borriquita, el paso del Santísimo Cristo de la Vía Crucis, realizado en el año de 1952, el paso de las Tres Caídas, obra del año de 1954 .

En el año de 1981, realizó la imagen del Santísimo Cristo de la Buena Muerte, de Conil de la Frontera.

De su gubia también salieron la antigua imagen del Santísimo Cristo de la Sed y la antigua imagen de María Santísima de la Piedad, ambas del año de 1986, para Cádiz.

Paso del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, El Puerto de Santa María.

Para El Puerto de Santa María, el escultor portuense realizó el paso del Santísimo Cristo de la Vera+Cruz, el anteriormente citado retablo de san Joaquín, que fue realizado en pino gallego barnizado en caoba y mandado, regularmente, a nuestra ciudad por piezas, y sufragado en parte por la Hermandad de la Vera+Cruz, gracias a la venta de su anterior sede canónica de la capilla de la Sangre, y por aportaciones anónimas.

Dicho altar fue bendecido el 19 de marzo del año de 1947, festividad de san José, por el recordado párroco, y posteriormente Arcipreste, don Manuel Salido Gutiérrez.

Como obra principal y más conocida en el ámbito de la imaginería, en El Puerto, destaca el Santísimo Cristo de la Misericordia, de la Hermandad de los Cerillitos.

El Santísimo Cristo de la Misericordia, es una imagen de Cristo muerto crucificado, sujetado a la cruz por tres clavos, y con la herida de la lanzada en su costado. Fue realizado con dos cipreses del cementerio de san Fernando de Sevilla, y comprado en el año de 1951 por un Hermano de la Cofradía del Martes Santo, por 10.000 pesetas de la época.

Esta imagen fue sustituta de una anterior, que hacía las veces de titular de la Hermandad y que fue reclamada por sus propietarios.

También realizó la primitiva imagen de Jesús Resucitado, su última talla para El Puerto, en el año de 1988. Esta imagen fue creada para el Consejo Local de Hermandades y Cofradías de El Puerto de Santa María y el primer titular de la Asociación Parroquial del Resucitado.

Antigua imagen de Jesús Resucitado, actualmente se encuentra en El Cuervo, Sevilla.

Dicha imagen radica actualmente en la parroquia de san José de El Cuervo, en Sevilla, desde que en mayo de 1998, la Hermandad del Resucitado de El Puerto se deshiciera de ella, para bendecir la nueva talla de Jaime Babío Núñez. 

José Ovando Merino se casó con doña Ana Clo Barreda, y tuvieron seis hijos.

Quizás haya llegado el momento de reconocer, en nuestra ciudad, la vida y obra de este portuense, que nos regaló una de las imágenes más impresionantes para nuestra Semana Santa, rotulando alguna de nuestras calles con el nombre de tan genial artista.

José Ovando Merino falleció en Cádiz, el 18 de marzo del año 2001, a la edad de 89 años.