Uso y disfrute
En el último programa, pudimos escuchar el testimonio del hermano mayor de la hermandad de la Humildad y paciencia. Como en una de sus intervenciones, a la pregunta de un compañero, comentaba la falta de compromiso a la palabra dada por parte del ayuntamiento o del órgano gestor de prestar ayuda en la conservación y uso de los inmuebles patrimonio de la ciudad de uso público.
Entramos, en el sempiterno debate de las competencias y de la propiedad, pero no hemos de obviar la palabra dada. Anunciada en redes, dándose así su pequeño baño de gloria, valiéndose de la popularidad entre los hermanos, púes los cofrades en Andalucía somos un índice más en las encuestas de votaciones y el partido que gobierna en la ciudad así lo ha tratado en las autonómicas.
En mi humilde opinión hay un problema de fondo y de forma en como se trata a la semana santa, y por igual a los cofrades.
La semana santa, Bien de interés cultural, gira en torno al turista, no se piensa en el ciudadano, ni en las personas que forman el cortejo, se le da prioridad al paso de vehículos, a que una cofradía discurra con elegancia por una calle concreta o por una callejuela. Éste último domingo de ramos presencié esto mismo como un coche casi pita a un paso de palio y el tráfico abierto como si lo que acabara de pasar fuera una cabalgata o una chirigota.
Cada vez más los cofrades, que nuestro fin primero es la divulgación y la catequesis de nuestra fé, vemos más limitado este hecho y cada vez más socavado nuestros actos, cosa que otras tradiciones venidas de otras partes del mundo dentro de la población se le dan una difusión y cobertura mucho más amplia que a un acto religioso.
Pienso, que a la semana santa del puerto le hace falta identidad, apoyo, fuerza, no tanto cambio de carrera oficial o sentido de la misma, si no apoyo y creatividad desde órganos potentes, tanto en difusión, como en medios, pongamos como ejemplo a la hermandad de la humildad y paciencia, que sin ser dueña ni siquiera poseer papeles de pleno derecho sobre el espacio a actuar, como pueden hacer frente a la magnitud de esa obra, sin apoyo potente de la ciudad que articule la llegada de un mecenas o un inversor que haga posible la realidad de un valor para la ciudad. Estamos hablando de un apéndice del mayor monumento de la ciudad (según mi parecer).
En resumen y sin que el ejemplo cubra la realidad global de la semana santa portuense, se necesita implicación, ganas, motivación para una realidad viva del puerto y por extensión de sus ciudadanos. Cuidemos las hermandes cuidemos las tradiciones arraigadas en siglos ayudemos a mantener la identidad y el sentido que marca nuestra fé que está siendo tan atacada por todos los frentes. Espero que un día los órganos competentes se sienten a reflexionar se pongan manos a la obra por el bien de todos .