Grandes devociones: Nuestra Señora del Castillo Coronada, Patrona de Lebrija

Nuestra Señora del Castillo Coronada, titular de la Antigua, Fervorosa y Venerable Hermandad y Cofradía de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna, Nuestra Señora del Castillo Coronada Patrona y Alcaldesa Honoraria Perpetua de la Ciudad de Lebrija y San Pedro Apostol, es Patrona del municipio sevillano de Lebrija.

Comparación de la talla original y en la actualidad

Por lo que se sabía, debía ser una imagen original del siglo XV, de estilo gótico tardío, aunque la actual fisionomía está muy alterada debido a las mutilaciones y restauraciones, parece que durante el siglo XVII, con la intención de adaptar a la imagen a la costumbre de vestir. A causa de estas prácticas, lo que en la actualidad queda de la primitiva talla, es sólo el núcleo central que constituye su cuerpo, desde casi las rodillas hasta la cabeza. La parte que mejor se conserva es el busto, el cuello y parte del volumen de la cabeza. Además, persisten restos de la antigua talla de la túnica y el manto. Estas modificaciones, por suerte, no fueron más allá y no se le colocó a la imagen ojos de cristal, ni le alteraron la expresión de la boca.

Durante una de estas transformaciones perdió los brazos, las manos y el Niño Jesús, así como la parte inferior de las piernas. Las manos y el Niño actuales, se pueden remontar al momento de esta transformación y están realizados en madera de pino, con policromía al óleo, sufriendo el Niño diversas intervenciones de restauración.

Nuestra Señora del Castillo Coronada Gloriosa.

Según se recoge en el Expediente para la Coronación Canónica de la Santísima Virgen del Castillo (en el apartado sobre el estudio del valor artístico de la imagen, el Doctor Especialista en Escultura e Imaginería, D. Juan Manuel Miñarro López), la imagen es una escultura de bulto redondo y de talla completa, tallada en un sólo bloque de madera de pino. Las partes policromadas presentan una preparación de estuco refinada, no así otras partes de la escultura, debido a la mutilación.

La imagen tiene varios costeros, que la refuerzan: Dos laterales y otro central, aunque respetando la clasica curvatura goticista, dejando claro que quien intervino a la imagen, para colocarle estos costeros, debió ser un profesional que actuó respetando la estética de la obra.

La imagen de la Virgen del Castillo Gloriosa, representa la iconografía mariana de la Santísima Virgen con el Niño Jesús en brazos. La cabeza se presenta levemente inclinada y la mirada, muy expresiva, se dirige al frente, bajo unas pobladas cejas. La frente es recta y despejada y da paso a una nariz de corte clasicista de líneas suaves. La boca es pequeña, arqueada y marcando la sonrisa arcaizante del gótico. El pelo está pintado sobre los restos de las antiguas formas del manto, luciendo en la actualidad peluca postiza. La policromía es de encarnadura clara y unos coloretes muy marcados en las mejillas. La Virgen aparece con el Niño Jesús sobre el brazo izquierdo. La curvatura del cuerpo apenas se aprecia, al estar vestida la misma.

Estas consideraciones, y siguiendo el relato descrito en el citado expediente, hacen que nos encontremos con dos consideraciones aparentemente contradictorias:

Por un lado nos encontramos con una imagen común, por su apariencia visible, parecida a muchas otras que se conocen y veneran en este rincón de Andalucía, y que se define como «imagen de vestir», dentro de la estética barroca. Por otro lado la convierte en imagen singular, teniendo en cuenta su origen antiguo e incierto, su proceso de transformación y restauración. Y también tiene algunas cualidades para denominarla como un ícono de cualidades únicas.

Nuestra Señora del Castillo Coronada, el Jueves Santo.

Se tiene constancia del primer documento, con referencia a la Virgen del Castillo, en una relación de misas que se dijeron, el año de 1641, por los hermanos difuntos, y que se detallan en sus Reglas, tomando ese año como fecha de su fundación. Era aquella un única Cofradía, con doble vertiente que se mantiene a día de hoy, pues celebra sus diferentes festividades: Jueves Santo Dolorosa y el 12 de septiembre Gloriosa, festividad del Dulce Nombre de María, procesionando en ambas ocasiones.

La primera referencia documentada de la Virgen del Castillo como patrona de Lebrija, se puede encontrar el 19 de abril del año de 1643 que, por aquella época, ya era venerada en el pueblo y alrededores, y como consecuencia de un Decreto, que se publicó ese mismo año, en el que se ordenaba que «en todas las ciudades, villas y lugares se celebrara cada año una fiesta solemne a Ntra. Sra., sacando la imagen suya de más devoción que hubiera y se llevara en procesión a la Iglesia Mayor para hacer una novena con sermón». Así fue como se acordó celebrar la festividad » a la Virgen María Nuestra Señora del Castillo -según recoge este acta- que es la protectora y patrona de esta villa y por cuya intersección reciben particulares favores de Nuestro Señor”.​

A finales del siglo XVII acompañaba, en Semana Santa, al titular de la actual Hermandad del Santo Sepulcro que, por aquel entonces era una imagen crucificada, bajo el título de Hermandad de Nuestro Señor Jesucristo de las Cinco Llagas, con la participación de disciplinantes y al que acompañó, la tarde del Jueves Santo, hasta el año de 1771, año en el que se incorpora la imagen de Nuestro Padre Jesús Atado a la Columna.

La Virgen del Castillo el día de su Coronación Canónica.

Tras los sucesos ocasionados por el terremoto de Lisboa, el 1° de noviembre del año de 1775, que en Lebrija causó pocos daños, (según se cuenta por la poderosa intersección de Nuestra Señora, que oyó el grito de angustia lanzado por los lebrijanos: “Madre mía del Castillo, salvadnos”), el Ayuntamiento quiso proclamarla Patrona de Lebrija, en Cabildo celebrado el día 26 de ese mismo mes, oficializando lo que durante muchos años los lebrijanos y lebrijanas ya venían profesando.​

En el año de 1849, en la visita girada a Lebrija del Arzobispo Gregorio López, mandó elaborar nuevas Reglas para la Corporación, que terminó aprobando el Arzobispado en el año de 1850. Estas Reglas, de cinco puntos, recogían la obligatoriedad de creer y defender el misterio de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María, la obligación de recoger a los titulares de la Cofradía el Jueves Santo, antes de la puesta del sol, así como exigir permisos para que los hermanos procesionaran con el rostro cubierto, entre otros.

La Hermandad llegó a desintegrarse, por la muerte de su entonces Hermano Mayor, D. Andrés Sánchez de Alba, a finales de aquel siglo. Siendo reorganizada hacia el año de 1908, al hacerse cargo de ella D. José Sánchez de Alba López.

Momento de la Coronación de la Santísima Virgen.

En el año de 1955, El Ayuntamiento lebrijano en sesión plenaria, bajo la presidencia del entonces alcalde D. Antonio Álvarez Aguilar, tuvo a bien ratificar, aclamar y declarar el nombramiento de Nuestra Señora la Virgen del Castillo como Patrona de Lebrija. Y, en el año de 1966, se constituye la primera cuadrilla de hermanos costaleros de Lebrija y de España, compuesta por: Manuel Fuentes Macías “ Mabolo el Hormiguita”, José Jiménez Fernández “El Chofer”, Miguel Fuentes Macias “ Miguel el Hormiguita”, Juan Jiménez Dorantes, José González Ortega “Quitito”, Jerónimo Guijo Ferrera “ El Escabeceño”, José Bernal Cruz “Abujero”, Diego Muñoz Ruiz “Peralta”, José Mª Muñoz Ruiz “Chato Perlino”, Juan José Perlino Gómez “ El Pelón”, Juan Aª González Romero “ El Paula”, José Cárdenas García “Pepillo Maíz”, Francisco Cumbrera Gómez “Tarta”, José Mª Sánchez Ruiz “Gilo”, Pedro Gutierrez Millán «Pachona», José Cala Rivas «Calilla», José María Gutierrez yejero “El Gutierrez”, Luis López Castell “Pizarro”, Francisco Fuentes Macías “Baísco”, Domingo Sánchez Alcon “El Melón”, Juan Torres Surez “El Mesone”, José Pérez Sánchez “ El Torero”, Francisco Pérez Sánchez “Hermano Riparia”, Juan Andrés Miranda Gandullo “Pionono”, Agustín Bernal Cruz “Abujero”, José Catalán Gómez “Pepillo Catalán”, José González Cordero “Culito”, Antonio Muñoz Ruíz “El Tate”, Antonio Cordero García “Chaaco”.

Primera imagen de la Virgen del Castillo tras su última restauración.

Ya en el año 2005, más concretamente el 26 de noviembre, se conmemora el 250 aniversario del patronazgo de Nuestra Señora del Castillo sobre Lebrija, que se realizó a semejanza del II Centenario, en la plaza de España junto con el patrón San Benito, y que presidió el Cardenal Arzobispo Fray Carlos Amigo Vallejo, que sirvió para concederle, en pleno Extraordinario del Ayuntamiento, la primera medalla de oro de la localidad y su nombramiento como Alcaldesa Honoraría Perpetua y el título de Patrona Canonica lebrijana por parte del Arzobispo Amigo Vallejo.

En octubre de 2008 se iniciarían los trámites para coronar canónicamente a la Santísima Virgen, siendo en enero de 2010, en una visita del Arzobispo hispalense, D. Juan José Asenjo Peregrina, cuando se anunciaría que la Coronación Canónica Pontificia de Nuestra Señora del Castillo tendría lugar el 12 de octubre del año 2012, festividad de Nuestra Señora del Pilar.

Tras un riguroso proceso de análisis, estudio, investigación y restauración, teniendo en cuenta las necesidades de conservación de su materialidad, siempre desde el punto de vista del valor devocional de la obra, que se le realizó en el año 2016 por el Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), la entidad Andaluza coloca la ejecución de la obra entre el último tercio del siglo XIV y principios del XV.

Según aseguraron, desde el IAPH, el tratamiento consistió en la conservación material de la obra, «garantizando siempre la correcta percepción de la imagen y de sus valores patrimoniales, máxime cuando se trata de una obra de arte que tiene unida un fuerte valor devocional y una función de objeto vinculado al culto religioso».

Mis agradecimientos a Miguel Ángel Velázquez Guerrero.