Francisco Buiza: Su obra para El Puerto de Santa María

Tras la Semana Santa, seguimos ahondando en los imagineros que dejaron sus obras en El Puerto de Santa María. En esta ocasión hablaré sobre Francisco Buiza Fernández.

Nació este imaginero en la sevillana localidad de Carmona, el día 23 de abril del año de 1922, en una familia de siete hermanos.

Desde que era un niño, estando estudiando en el colegio de los Salesianos, ya modelaba y hacía figuritas de nacimiento de barro, que vendía o cambiaba a sus compañeros. Estudió en ese centro hasta que cumplió los 13 años y allí reafirmó su interés por las artes plásticas.

Hasta el año de 1939, trabajó en Carmona como agricultor, pastor y ganadero, aunque encuentra tiempo para seguir tallando figuras de reducido tamaño, con raíces de olivo, utilizando una navaja.

En esos años, visita las iglesias de Carmona, para observar sus imágenes procesionales. Esto le servirá como un primer aprendizaje artístico. En esta época participa en certámenes y concursos locales, en los que obtiene premios y menciones, completando así una primera fase de aprendizaje, principalmente autodidacta.

Era muy joven aún, cuando se trasladó a Sevilla, donde vivió desde el año de 1939. En el taller de Francisco Vélez Bracho, aprende a trabajar la madera con la gubia y trabaja como tallista. Al mismo tiempo, y por las tardes, completa su formación cursando dibujo y modelado en la Escuela de Artes y Oficios.

Desde el año de 1945 pasa a trabajar como modelista, en el taller de Pedro Navia. En este lugar conoce a jóvenes promesas como Luis Ortega Bru y a su maestro, el escultor e imaginero Sebastián Santos Rojas, de quien se convertirá en su mejor discípulo, entre los años de 1946 hasta 1952, y su gran amigo para el resto de su vida.

El año de 1952 le sirve para inicia su carrera profesional en solitario. Situat su taller en la sevillana calle Viriato. En esta época, Buiza, se especializa en imágenes del Niño Jesús.

El año clave en su vida fue 1962, con 43 años, cuando sufre un accidente conduciendo una moto, que lo obligó a estar hospitalizado un año. En ese momento se encontraba realizando el Cristo de la Sangre, para la Hermandad sevillana de San Benito. Esta obra supuso una gran oportunidad para demostrar su gran calidad artística. Desde entonces su prestigio, como imaginero, crece y el número de encargos ya no cesarán.

Fue un gran admirador del arte y la escultura barroca del siglo XVII, especialmente de la obra de Martínez Montañés y Juan de Mesa, Montañés hizo imágenes tan apoteósica como el Señor de Pasión y el segundo realizó la talla de Jesús del Gran Poder, el Señor de Sevilla. Buiza tuvo muy presente a ambos autores, llegando a copiar algunos atributos para sus obras.

Maestro admirable, durante su vida contó entre sus alumnos con diversos artistas reconocidos, posteriormente, en el campo de la imaginería religiosa como Luis Álvarez Duarte, Francisco Berlangao, Juan Manuel Miñarro, Juan Ventura o Augusto Morilla Delgado.

Perteneció a las Hermandades de San Benito y de la Vera+Cruz de Sevilla, siendo nombrado en ambas como Hermano Honorífico. Tanto en la ciudad de Sevilla, como en Carmona, tiene calles rotuladas con su nombre. Alcanzó una gran fama también en la escultura profana.

Sus obras más destacadas puedieran ser el Cristo de la Resurrección, de la Hermandad del mismo nombre de Sevilla, el Cristo de la Hermandad de las Cigarreras, el Gran Poder y Jesús Yacente de Coria del Río. También realizó ángeles y evangelistas, para el exorno de pasos como los de las Hermanades de los Gitanos, Montesión o la Estrella de Sevilla.

Para Cádiz y su provincia dejó grandes obras, entre las que cabe destacar el Santísimo Cristo de las Aguas, el Santísimo Cristo del Descendimiento, Nuestra Señora de la Luz, Nuestra Señora de la Salud, María Santísima del Rosario en sus Misterios Dolorosos del Perdón y María Santísima de la Trinidad de Medinaceli para la capital, así como la imagen de Jesús Cautivo de Chipiona y la imagen de Nuestro Padre Jesús Cautivo de El Puerto de Santa María. Es en este ultimo dónde me detendré.

Nuestro Padre Jesús Cautivo es una imagen de talla completa, para vestir, de estilo neobarroco, y que fue tallada en el año de 1978. Realizada en la época dorada de Buiza, siguió los cánones de Juan de Mesa.

Esta imagen representa a Cristo maniatado, cabizbajo y abandonado por sus discípulos, tras ser prendido en el monte de los olivos. Su rostro refleja una profunda soledad, en actitud reflexiva y apesadumbrada. De poderosa cabeza, manos y pies, destaca por el cuidado a la hora de tallar la cabellera, la barba es bífida, y tiene unos expresivos ojos y la boca entreabierta, mostrándo con detalle los dientes superiores y la lengua. Mide 1,77 metros de altura aproximadamente.

Procesionó por vez primera en el año de su creación, 1978, y lo hizo sobre el antiguo paso de Nuestra Señora del Dolor y Sacrificio, que se había reformado para ello y que, hasta entonces procesionaba sola.

El 1 de marzo del año de 1983, Francisco Buiza, sufre una dolorosa y grave enfermedad que puso fin a su vida, a la edad de 61 años en la ciudad de Sevilla, dejando tras de sí un gran catálogo de obras, extendidas por toda España.