Dimite el Hermano Mayor de la Patrona, Daniel Cías, «GRACIAS Y PERDON»

Estimados hermanos en Cristo.
Hay momentos en la vida de todo hombre en los que se asume un especial sentido de la
responsabilidad. Yo creo haberla sabido asumir dignamente durante los casi siete años en que
he sido Hermano Mayor. Sin embargo, la responsabilidad que siento hoy me parece
infinitamente mayor.


Hoy tengo la responsabilidad de explicarles, desde la confianza y la legitimidad con la que juré
como Hermano Mayor, las razones por las que presento, irrevocablemente, mi dimisión como
Hermano Mayor. No es una decisión fácil. Pero hay errores tanto en nuestra propia vida
personal como en la historia de las hermandades en las que uno debe preguntarse, serena y
objetivamente, si presta un mejor servicio a la colectividad permaneciendo en su puesto o
renunciando a él.


Me voy por un asunto estrictamente personal y familiar. Me voy porque he fallado a mi mujer,
a mis hijas y a mi familia en general.
En estos momentos de tristeza y dolor, a sabiendas de que toda culpabilidad y responsabilidad
es solo mía, solamente me salen dos palabras. GRACIAS Y PERDON.


Gracias en primer lugar a mi familia que me han aguantado todos estos años y me han
ayudado en el gobierno de la Hermandad. Quiero agradecer a los miembros de las dos juntas
de gobierno que han compartido conmigo estas dos legislaturas, a los presidentes del CCHH, a
mis compañeros del pleno, al Excmo. Ayuntamiento y en definitiva a cuantas personas han
colaborado conmigo con el único objetivo de honrar a nuestra Madre y patrona.


Pido públicamente PERDÓN, a mi mujer y a mis hijas por todo el tiempo que les he robado, por
todos los momentos que me he perdido junto a ellas, y ellas a semejanza de la Virgen María
siempre dijeron un SI, y yo a pesar de todo cometo el mayor error de mi vida y les fallo.
Pido humilde y sinceramente perdón si mi decisión provoca en alguien una posición incómoda.
Pido, además, humilde y sinceramente perdón por los daños que en el ejercicio de mi cargo, y
haciendo uso de mi natural vehemencia, haya podido causar.


Por último pido a Dios Nuestro Señor, que alumbre a los hermanos de nuestra hermandad
para conformar una futura Junta de Gobierno que siga trabajando por nuestra corporación, y
los fines que emanan de sus reglas, amparados por la Justicia y el Amor a Dios.
Un abrazo a todos en María nuestra Madre.


Fdo.: Daniel Cías Gutierrez.