Cerrando el curso

Se suele decir que las cosas no son cómo empiezan, sino como terminan. Algo así ha sucedido en este curso cofrade. Comenzó por el mes de septiembre de 2019 con grandes expectativasy con muchos proyectos en todas las Hermandades.

Las Glorias tocaban casi a su fin y se abría el camino hacia la Natividad del Señor, con el montaje de belenes, la organización de tómbolas y la preparación de la campaña de Navidad. Los ensayos se comenzaban a planificar, algunos a realizar y los estrenos ya se agolpaban de cara a la inminente Semana de Pasión.

Sólo se celebraron unas pocas jornadas de besapiés y besamanos. Los ensayos se tuvieron que suspender y los triduos y cultos, se verían pospuestos o realizados de manera on-line. Muchos no se lo creían pero, el coronavirus había llegado para quedarse y con su «visita» no esperada ni deseada, los desfiles procesionales se suspendieron y las imágenes Titulares se quedaron en sus templos.

No hubo casi nada que montar ni desmontar. Las Vírgenes se quedaron en sus altares, vestidas de hebrea, hasta mucho después del tiempo cuaresmal. Las iglesias se quedaron vacías y todos tuvimos que adaptarnos a la nueva realidad que nos traía el dichoso virus.

Pasados los meses, casi al cierre del curso 2019/2020, se volvió a la llamada «nueva normalidad», en la que los templos, con su capacidad limitada al público, volvían a hacerse con el ritmo del día a dia, aunque manteniendo una serie de normas por todos conocidas. Con la llegada de esta «nueva normalidad» las procesiones y romerías seguirían sin aparecer, ya que no se permitían aglomeraciones publicas, y celebraciones como el Rocío o el Corpus comenzarían a caer del calendario. Tras ello, se suspenderían todas las procesiones futuras, y se celebrarían misas y actos en las iglesias.

Como decía al principio, las cosas no son como empiezan, sino como terminan. Y el curso cofrade, en la provincia de Cádiz, ha terminado con dos anuncios que, en el momento de su futura celebración, estoy seguro que harán olvidar todo lo pasado, como son las coronaciones canónicas de la Virgen de las Penas de la Hermandad de la Palma gaditana y de la jerezana Virgen de la Estrella. También terminamos este curso cofrade con un obispo de Asidonia-Jerez que pronto nos dejará, para marcharse a la tierra del mojo picón y al que aprovecho, una vez más, para desearle lo mejor.

El futuro es incierto, algunos esperaban la llegada del mes de septiembre, para vivir esas anunciadas procesiones post-verano, pero las festividades fijadas de ese mes, como la de la Patona de El Puerto de Santa María o la de Granada, ya han sido suspendidas, por lo que es más que probable que sigamos a cero, en lo que a procesiones se refiere. Y los más agoreros (o realistas) ya avisan de que la Semana Santa de 2021, podría quedarse sin procesiones igualmente.

Como dije en un anterior articulo, todo esto quizás sea un aviso para que vivamos lo realmente importante, que es el recogimiento de las celebraciones internas. Sea como sea, que lo que esté por venir sea sólo un fiel reflejo de nuestros actos. Sólo queda desear que todo esto pase lo más pronto posible y que seamos responsables durante este tiempo estival.